01 de Febrero 2024
Es una enfermedad crónica multisistémica de causa desconocida, caracterizada por inflamación persistente de las articulaciones, casi siempre con compromiso simétrico. Aunque son datos característicos la destrucción cartilaginosa, las erosiones óseas y la deformidad articular, la evolución de la artritis reumatoide puede ser muy variable. Se ha observado una relación con factores genéticos como ambientales que intervienen en la instauración de la enfermedad.
La propagación de la artritis reumatoide es un
fenómeno mediado por factores inmunitarios en los cuales la lesión articular ocurre por hiperplasia
sinovial; infiltración linfocítica de la sinovia, y la producción local de
citocinas y quimiocinas por linfocitos, macrófagos y fibroblastos activados.
Si no se trata adecuadamente, puede afectar a casi cualquier parte del cuerpo. Las complicaciones pueden incluir:
·
Daño al tejido pulmonar.
·
Aumento del riesgo de endurecimiento
de las arterias, causando enfermedad cardiovascular.
·
Lesión en la columna cuando los
huesos del cuello resultan dañados.
·
Inflamación de los vasos sanguíneos
(vasculitis reumatoide), la cual puede llevar a que se presenten problemas en
la piel, los nervios, el corazón y el cerebro.
·
Hinchazón e inflamación del
revestimiento externo del corazón (pericarditis) y del músculo cardíaco
(miocarditis), lo cual puede llevar al desarrollo de insuficiencia cardíaca
congestiva.
Sin embargo, estas complicaciones pueden evitarse
con el tratamiento adecuado. Los tratamientos también pueden causar efectos
secundarios graves.
Desde el 2017 se llevan adelante ensayos con terapia celular para el tratamiento de cuadros crónicos agresivos y refractarios.
La capacidad de las celulas madre para restaurar el equilibrio perdido entre las células y factores proinflamatorios y antiinflamatorios en artritis reumatoide lo hace una alternativa más como opción a los pacientes en los cuales el tratamiento convencional no ha sido eficaz.
CellMed